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Nada ocurre por casualidad, y de eso la vida sabe. Es así el caso del Diego Calla, un joven profesional que encontró en el oficio de peluquero de su padre una fuente de inspiración y respeto. Viéndolo cada día trabajar en su barbería de Hurlingham los días de lluvia, en los cuales el pequeño no salía a jugar y se quedaba mirando cómo cortaba el cabello.
El tiempo pasó, y ya habiendo formado una familia y viviendo en San Miguel, un día, viajando en un ómnibus de la línea 57 hacia Pilar se hizo una pregunta y la extendió al conductor. “¿Habrá peluquerías aquí donde viven muchos famosos?”, pregunta que

fue respondida por el propio chofer , quien le dijo: “Te bajás acá y es otro mundo”.
Dicho y hecho, se bajó, recorrió el lugar y allí comenzó al poco tiempo a trabajar con el gran éxito que la vida le tenía reservado.
Su profesión y su don de buena persona lograron con el tiempo que la actriz argentina Araceli González y Adrián Suar fueran sus mejores clientes por mucho tiempo, quienes hicieron importantes campañas como las recordadas de Lóreal y Citroën C4

entre otras. Finalmente hasta llegó a la gran Graciela Borges, a quien tuvo el honor de hacerle varias veces bellos arreglos en su afamado cabello.
En la actualidad su actividad se centra en su local de Avenida Presidente Perón 412, San Miguel, donde atiende como reyes a quienes requieren sus servicios para verse mejor. Ambientado cálidamente, su salón recibe a cientos de personas (hombres y mujeres por igual) y les provee la felicidad que vienen buscando en un cambio de look, con un clima de afecto y amabilidad sin igual.
“Hoy mi mirada es más relajada” afirma Diego. “A la moda la impone mucho la actitud de las personas y los peinados son más descontracturados. Un buen corte de cabello se peina solo”, sentencia objetivamente el joven estilista.

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