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Por Ian Cuello

Betelgeuse, una de las estrellas más brillantes que se ven desde la Tierra, ha sido objeto de especulación en los últimos años debido a cambios notables en su luminosidad. Esta estrella supergigante roja, ubicada en la constelación de Orión, está condenada a morir y los astrónomos anticipan que su muerte será en forma de una explosión de supernova.

La estrella tiene entre 8 a 10 millones de años y está agotando el combustible de su núcleo a un ritmo extremadamente rápido. Aunque los astrónomos ya saben que Betelgeuse eventualmente explotará, hechos recientes han provocado mucha especulación.

En los últimos meses, los astrónomos han notado que Betelgeuse ha disminuido sustancialmente su luminosidad. Algunos científicos tienen la teoría de que una pérdida drástica de luminosidad puede ser un indicio de que una estrella está a punto de morir.

Betelgeuse es una estrella de tipo Supergigante roja, es decir que se encuentra en el trayecto final de su vida. Cuando las estrellas masivas se aproximan a su final se convierten en supergigantes rojas, incrementando su tamaño previo miles y miles de veces. Cuando una de estas gigantes agota su combustible, es decir, se queda sin suministro de hidrogeno que mediante la fusión nuclear (que toma lugar en el núcleo estelar) es transformada en helio, la estrella ya no puede producir más energía ni luz. Dicha energía irradiada desde el núcleo (Presión por radiación) es vital para mantener en pie a la estrella y que no colapse debido a su propia gravedad.

De este modo, Betelgeuse, al igual que toda otra supergigante roja al agotar su combustible sufrirá un colapso gravitatorio. Toda la materia estelar colapsará sobre el centro de la estrella de manera tan rápida y violenta que producirá una explosión y por consecuente ondas de choque que expulsarán las capas exteriores de la estrella hacia el espacio exterior dando como resultado una supernova.

A pesar de estas observaciones, los expertos calculan que la muerte de la gigante roja sucederá en algún momento entre 10 mil y 100 mil años en el futuro. Sin embargo, los modelos actuales sugieren que esto podría ocurrir en cualquier momento en calendarios astronómicos.

Dentro del vecindario cósmico, seremos testigos de todo cuanto suceda con esta estrella y en cuanto a las repercusiones en la Tierra, aunque Betelgeuse está cerca en términos astronómicos (642 años luz), no está lo bastante cerca como para que la explosión afecte a la vida en la Tierra. Los astrónomos calculan que tendrían que pasar unos seis millones de años para que la onda expansiva y cualquier desecho frío y difuso alcance nuestro sistema solar. Sin embargo, la eyección de masa superficial que ya experimentó Betelgeuse liberó más de 400.000 millones de veces más masa que una eyección de masa coronal típica del sol. Si este clima espacial llega a la Tierra, puede tener un impacto en las comunicaciones por satélite y en las redes eléctricas.

Además, si Betelgeuse explotara en este momento, durante la noche se observaría una estrella extremadamente brillante, casi pudiendo alcanzar el brillo de la luna llena, capaz de proyectar sombras. Pero no termina aquí, sino que también sería posible observar esta estrella durante el día.

El espectáculo no sería muy duradero debido a que con el pasar de las semanas, la supernova iría disminuyendo su brillo progresivamente. Algo similar a esto ya ha sido registrado en la historia de la humanidad.

En el año 1054 una supernova extremadamente brillante fue visible incluso durante el día. En la actualidad, sabemos que esa supernova dejó como remanente la famosísima “Nebulosa del cangrejo”.

En resumen, aunque la explosión de Betelgeuse será un evento astronómico significativo, no representa una amenaza directa para la Tierra. Sin embargo, podría tener implicaciones para nuestras comunicaciones por satélite y redes eléctricas..
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Aunque Betelgeuse es una estrella supergigante roja que se encuentra en las últimas etapas de su vida y se espera que explote como una supernova en algún momento en los próximos 100,000 años.

Recientemente, Betelgeuse ha estado comportándose de manera inusual. Desde finales de 2019 hasta principios de 2020, experimentó lo que los astrofísicos llamaron “el gran oscurecimiento”, ya que una nube de polvo oscureció nuestra vista de la estrella. Ahora, está brillando al 150% de su brillo normal y está oscilando entre más brillante y más tenue en intervalos de 200 días, el doble de rápido de lo habitual.

Estos comportamientos inusuales nos están dando una visión sin precedentes de cómo las estrellas mueren, lo que es increíblemente valioso para los astrónomos. Sin embargo, estos comportamientos no son necesariamente una señal de que la explosión es inminente.

A pesar de esto, hay científicos que sostienen que Betelgeuse ya se ha transformado en supernova, pero que todavía no nos hemos dado cuenta, pues mirar al cielo nocturno es como mirar al pasado: Debido a las enormes distancias entre el observador y los objetos en el espacio, la luz de estos mismos tarda cientos, miles o millones de años luz en llegar hasta aquí.

En un hipotético caso donde Betelgeuse ya haya explotado, tendríamos que esperar aproximadamente 640 años para que la luz llegase hasta nosotros. ¿Quién sabe? Quizás Betelgeuse ya es una supernova, pero aún no hemos recibido su luz.

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